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¿Y esto quién lo organiza?

Quizás os habéis preguntado quién organiza este certamen y cuáles son sus motivaciones para crear una antología sobre el papel que tienen las mujeres en el ámbito de las TIC (Tecnologías de la Información y las Comunicaciones). Todavía no tenemos una editorial detrás, por lo que, de momento, esto es una iniciativa personal que se ha topado con el apoyo inesperado de varias personas (que, dicho sea de paso, cuentan con toda mi gratitud).

Así que me presento. Me llamo Ari R. Soler, vivo en Mataró (muy cerca de Barcelona), nací en 1989 y soy ingeniera informática especializada en el ámbito de salud. No me atrevo a decir que soy escritora, me siento más cómoda diciendo que quiero serlo, y que, para ello, todavía estoy en fase de aprendizaje. He publicado los relatos “Parpadeo en rojo” en la antología “Gent gran i salut (Hospital Universitari Sagrat Cor, Obrador d'històries, Ateneu barcelonès y +Bernat)”; “El cielo, el Sol la Luna y las estrellas” en Orgullo Zombi 2; y “Tu razón, mi moralidad y la oscuridad que las parió” en “Antología Libélulas Negras III, Distopías”. He colaborado como redactora en el blog de la escuela de escritura online Caja de Letras y en el de espiademonios.com. También tengo un blog donde publico algunos de los relatos que escribo: arirsoler.com.


Mi experiencia en el mundo “normi
He trabajado como programadora web, analista, gestora de proyectos y jefa de desarrollo y proyectos, roles que he compaginado con el de profesora en cursos a medidas, carreras universitarias y másteres. La mayor parte de mi carrera profesional ha sido en el sector de la salud y, desde hace unos meses, me he liado la manta a la cabeza y me he hecho autónoma (ahora soy consultora eHealth). Con todo, os puedo asegurar que ninguno de los trabajos que he tenido ha implicado encerrarme en un sótano oscuro a programar. Dentro de los proyectos TIC se incluye el diseño, tanto de la parte gráfica como de la arquitectura técnica; la gestión del cambio y de las expectativas, así como la mediación, con los clientes, usuarios directos e, incluso, con los compañeros de equipo; y se trabaja con objetivos individuales para alcanzar hitos globales, por lo que es fundamental el trabajo en equipo y la coordinación de distintos perfiles. Las TIC necesitan muchos tipos de profesionales y es una pena que las denominadas carreras STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics - Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), no consigan atraer a las mujeres.

¿Existe la brecha de género?
Enlazando con el punto anterior, sí, he visto la brecha de género. Tanto en la carrera como en los másteres que he cursado, éramos muy pocas mujeres. No me atrevo a ponerle un porcentaje, pero no llegábamos al 25% seguro. Y esto no puede hacer más que replicarse en el ámbito laboral. Hay pocas mujeres TIC porque hay pocas niñas que quieren dedicarse a profesiones técnicas, y todavía menos mujeres que las eligen a la hora de matricularse en la universidad.

¿Y a qué se debe este reducido interés? 
Pues yo creo que a dos grandes factores (que quizás son un poco el mismo). El primero es la falta de referentes. Yo descubrí mi vocación gracias a tener cerca el ejemplo de mi primo, que es como mi hermano mayor. Cuando tenía doce años pasábamos mucho tiempo juntos y, aunque él estudiaba telecos y yo he terminado haciendo programación, me explicaba las prácticas que hacía en la universidad, me enseñaba cosas curiosas y, quizás lo más importante, me dejaba usar su potente ordenador con internet. Además de los bocatas de Nutella de dos pisos, descubrí a Lara Croft, el Messenger y que se podía hacer una antena con un bote de Pringles. Y no solo eso, me dijo que, si quería, yo podía hacerlo. Que tenía la capacidad de crear una página web, el Messenger del futuro o todo un puto Sistema Operativo. Los límites los ponía yo. Así que, con doce años, decidí que quería dedicarme a la informática. Y con el trabajo final de Bachillerato acabé de decantarme por la programación (aluciné al crear yo misma un programillo en Visual Basic 6.0 que me resolvía solo los sistemas de ecuaciones con el método de Gauss).

A veces me pregunto qué hubiera pasado de no tener cerca este referente. Si nadie me hubiera enseñado que la informática no son solo cables y piezas metálicas. Si nadie me hubiera dicho que eso también era para mí. Se habla mucho de tecnologías, ordenadores y de dispositivos. Creo que nos falta explicar a las niñas el potencial de las TIC, centrarnos no en la tecnología en sí misa, sino en su uso, en que sirva para algo. Y explicarles que, si queremos que las TIC ayuden a las personas, mejoren un poco el mundo y expandan nuestras capacidades haciendo que evolucionemos, las necesitamos. Cuanta más diversidad, mejores serán las soluciones.

Pero pasemos al segundo factor, que me he enrollado mucho con el primero (perdón).

Relacionado con esto, otro de los problemas creo que es la imagen que se ha formado del típico informático. A mi siempre me viene a la mente el malo de Jurassic Park (no, no es el Tyrannosaurus rex, es el informático), ¿quién podría querer ser él? Creo que tenemos que romper con todos los prejuicios que ha alimentado tanto el cine como la literatura. Si queremos que las niñas se apunten, hay que cambiar esta imagen de persona rara, insufrible, solitaria y antisocial.

Y siendo una mujer en un “mundo de hombres, ¿te tratan mal?
Esto me lo han preguntado muchas veces y la respuesta es NO, en absoluto. Nunca me he sentido discriminada por el hecho de ser mujer (por ser muy joven sí, aunque esa es otra historia). Tanto en la carrera como en el mundo laboral, he hecho grandes amigos y me he encontrado con personas que me han recibido con los brazos abiertos, que me han enseñado y apoyado. ¿Que a veces aparece algún capullo? Sí, como en todas las profesiones, pero, en general, mi experiencia es buena.

Sobre la antología TIC y Mujer
¿Por qué esta antología?
Mi objetivo con esta antología es ayudar a normalizar que las mujeres ocupen lugares de trabajo relacionados con las TIC, para crear referentes. Sé que no vamos a cambiar el mundo con unos cuantos relatos, pero solo con que ayudemos a una niña a decantar su futuro hacia una carrera técnica, o abramos un poco la mente de alguien, ya habrá valido MUCHO la pena.

¿Y por último?
Por último, quiero agradecer a las personas que están apoyando la antología, ya sea escuchando la idea y aconsejando, haciendo de madrinas, formando parte del jurado o como autor@s invitad@s. ¡Mil gracias por ayudarme! Y gracias a tod@s l@s que mandéis relato. Ya habéis aportado vuestro granito de arena.


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